10 consecuencias inesperadas de la Primavera �rabe

Título

10 consecuencias inesperadas de la Primavera �rabe

Autor

Kevin Connolly

Fecha

15/12/2013

Fuente

BBC, Medio Oriente

Descripción

Art�culo en el que se analizan tres a�os despu�s algunas consecuencias imprevistas e inopinadas de las revueltas.

Texto original

10 consecuencias inesperadas de la Primavera �rabe
El proceso contin�a.
Hace tres a�os, en una ciudad tunecina poco conocida, naci� lo que se lleg� a conocer como la Primavera �rabe, cuando un vendedor de frutas de 26 a�os se ech� gasolina encima, acerc� una flama y se inmol�.
Mohammed Bouazizi muri� 18 d�as m�s tarde. Dos semanas despu�s, mientras protestas sin precedentes rug�an en todo el pa�s, el presidente Zine al-Abidine Ben Ali hu�a a Arabia Saudita.
Las llamas encendidas con el suicidio de Bouazizi se extendieron por �frica del Norte, tumbando al presidente egipcio Hosni Mubarak y al Coronel Muammar Gadafi en Libia, tras 42 a�os en el poder. El presidente de Yemen se tuvo que retirar, mientras que en Bahr�in y en Marroco las autoridades se vieron obligadas a aceptar las reformas que los manifestantes exig�an.
En Siria tambi�n se alzaron las voces... y las armas.
Medio Oriente sigue envuelto en su proceso de evoluci�n y, en el camino, ha habido consecuencias inesperadas.
1. Las monarqu�as capean el temporal
Las familias reales de Medio Oriente hasta el momento, han tenido una buena Primavera �rabe, mejor de lo que algunas habr�an anticipado. Eso es tan cierto en Jordania y Marruecos como en el Golfo P�rsico.
Los gobiernos que han colapsado o tambaleado ten�an un modelo parecido a los Estados de estilo sovi�tico, con un partido �nico mantenido por poderosas estructuras de seguridad.
No hay una raz�n obvia para que sea as�. Bahr�in ha mostrado que est� listo a usar t�cticas de seguridad agresivas mientras que otros se han valido de medidas m�s sutiles, como Qatar, que aument� el salario de los funcionarios p�blicos ante la primera se�al de agitaci�n.
Y, por supuesto, en los reinos del Golfo el descontento es exportable, pues la mayor�a de los empleados con los salarios m�s bajos son migrantes y si empiezan a quejarse por las condiciones de trabajo o a exigir derechos pol�ticos, los pueden mandar a casa.
Adem�s, es posible que la gente sienta alg�n grado de apego hacia sus gobernantes reales, un sentimiento que los aut�cratas no inspiran, no importa cu�n extravagante sea su estilo de vida.
2. Estados Unidos ya no lleva la voz cantante
Estados Unidos no ha tenido una buena Primavera �rabe. Ten�a una visi�n clara de un Medio Oriente algo estancado en el que contaba con unas alianzas confiables con pa�ses como Egipto, Israel y Arabia Saudita.
No pudo llevarle el ritmo a los eventos en Egipto, que eligi� a un islamista, Mohammed Morsi, quien luego fue depuesto por el ej�rcito.
Es dif�cil para la administraci�n de Barak Obama resolver el acertijo: el problema es que le gustan las elecciones pero no el resultado: una victoria clara para la Hermandad Musulmana. Tampoco le gustan los golpes militares (al menos en el siglo XXI) pero probablemente est� lo suficientemente c�moda con un r�gimen respaldado por los militares que quiere mantener la paz con Israel.
Estados Unidos sigue siendo el superpoder, por supuesto, pero ya no es el que dicta qu� pasa en Medio Oriente. Y no est� s�lo en esa situaci�n: Turqu�a no supo escoger al ganador en Egipto tampoco y est� en aprietos por sus relaciones problem�ticas con los rebeldes en Siria.
3. Sunitas versus Siria
La velocidad con que las manifestaciones desarmadas contra un gobierno autoritario metamorfosearon en una guerra civil sanguinaria con matices sectarios en Siria impact� a todo el mundo.
Hay tensiones crecientes entre los musulmanes sunitas y chiitas en muchas partes de la regi�n. Ir�n chiita y Arabia Saudita sunita est�n ahora efectivamente librando una guerra indirecta en suelo sirio.
La profundizaci�n del cisma entre dos ramas de Islam ha llevado a niveles alarmantes de violencia sectaria en Irak tambi�n y podr�a terminar siendo uno de los legados m�s importantes de estos a�os de cambio en el mundo �rabe.
4. Victoria para Ir�n
Nadie habr�a predicho al principio de la Primavera �rabe que Ir�n saldr�a beneficiado.
Al principio del proceso, estaba marginalizado y paralizado por las sanciones impuestas debido a sus ambiciones nucleares. Ahora, es imposible imaginarse una soluci�n para Siria sin el acuerdo iran� y, con su presidencia bajo nueva administraci�n, est� incluso hablando con las potencias mundiales sobre su programa nuclear.
Arabia Saudita e Israel est�n alarmados por la disposici�n de Washington a hablar con Teher�n y cualquier cosa que ponga a esos dos pa�ses en el mismo lado de un argumento es, de por s�, hist�rico.
5. Los ganadores son perdedores
Es dif�cil establecer qui�nes han sido los ganadores hasta ahora en este proceso. Un ejemplo es el destino de la Hermandad Musulmana en Egipto. Cuando se llevaron a cabo las elecciones tras la deposici�n de Mubarak, lleg� al poder y, tras 80 a�os en la sombra, el movimiento finalmente parec�a destinado a reconstruir el pa�s m�s grande del Medio Oriente a su imagen y semejanza.
Pero despu�s de que el ej�rcito le forzara a dejar el poder y retornar a la clandestinidad, sus principales l�deres enfrentan largas condenas de prisi�n. Hace un a�o, la Hermandad parec�a ser una de las ganadoras. Ya no.
La suerte de la Hermandad no le convino al pol�ticamente ambicioso Qatar, que la hab�a respaldado durante la lucha por el poder en Egipto. En las primeras etapas de la Primavera �rabe, con Qatar apoyando a los rebeldes libios tambi�n, parec�a que el peque�o reino ten�a la estrategia correcta para expandir su influencia regional. Ya no.
6. Los kurdos se benefician
En contraste, la poblaci�n del Kurdist�n iraqu� est� empezando a perfilarse como ganadora. Quiz�s hasta est� acerc�ndose a ver realizado su sue�o de tener un Estado.
Han vivido en la regi�n norte�a del pa�s, en la que hay petr�leo, y est� desarrollando lazos econ�micos independientes con su poderoso vecino, Turqu�a. Tiene una bandera, un himno y un ej�rcito.
Los kurdos de Irak pueden ser los beneficiarios de la lenta desintegraci�n de un pa�s que ya no funciona como un Estado unitario.
El futuro no estar� libre de problemas (hay poblaciones kurdas en los vecinos Ir�n, Siria y Turqu�a tambi�n) pero en ciudades kurdas como Irbil la gente piensa que el futuro es m�s prometedor y m�s libre. Ese proceso empez� antes de la Primavera �rabe, por supuesto, pero los kurdos han aprovechado los vientos de cambio que soplan en la regi�n para consolidar logros que ya estaban en camino.
7. Las mujeres son v�ctimas
Hay una consecuencia de la Primavera �rabe hasta el momento que es sencillamente deprimente.
Entre la multitud en la Plaza Tahrir al principio del levantamiento en Egipto hab�a muchas mujeres valientes y apasionadas reclamando derechos personales junto con los pol�ticos, que eran el foco de las manifestaciones.
La desilusi�n fue amarga. Las historias sobre asaltos sexuales en p�blico son aterradoramente comunes y una encuesta de la Fundaci�n Thomson-Reuters se�ala a Egipto como el peor lugar del mundo �rabe para ser mujer. Tuvo malas calificaciones en violencia de g�nero, derechos reproductivos, trato de mujeres en las familias y la inclusi�n en pol�tica y econom�a.
8. �Sobrevaloraci�n de las redes sociales?
Cuando empezaron las protestas, hubo mucho entusiasmo en los medios occidentales por el papel de innovaciones como Twitter y Facebook, en parte porque a los periodistas occidentales les gustaban.
Esas redes sociales juegan un rol importante en pa�ses como Arabia Saudita, donde le permiten a la gente sortear los r�gidos medios oficiales y tener alg�n debate nacional.
Y tuvieron un papel al principio de los levantamientos tambi�n, pero su uso se limit� sobre todo a la �lite liberal educada y afluente, y es posible que sus opiniones resonaran m�s de lo indicado por un rato. Esos liberales laicos al final fueron aplastados en las urnas en Egipto, por ejemplo.
La televisi�n satelital sigue siendo m�s importante en pa�ses en los que mucha gente es analfabeta y no tiene acceso a internet.
9. La finca ra�z en Dub�i se recupera
Las ramificaciones de los eventos en Medio Oriente se siguen sintiendo mucho m�s lejos de las fronteras de los pa�ses en los que sucedieron.
Existe la teor�a de que el mercado hipotecario en Dub�i se dispar� pues los ricos de los pa�ses desestabilizados, como Egipto, Libia, Siria y T�nez, buscaron un refugio seguro para su dinero, y a veces hasta su familia.
Los efectos se sintieron incluso m�s lejos, en los mercados de propiedad de Londres y Par�s.
10. Volver a trazar
El mapa del Medio Oriente que trazaron Reino Unido y Francia en secreto a mediados de la Primera Guerra Mundial parece que se est� desdibujando.
Fue entonces cuando se crearon Estados como Siria e Irak y ahora nadie sabe si existir�n en la misma forma en unos cinco a�os.
Y nadie puede hacer mucho al respecto tampoco: Libia demostr� cu�les son los l�mites de la intervenci�n occidental, con el poder�o a�reo brit�nico y franc�s capaz de apresurar el fin de un viejo gobierno odiado pero incapaz de asegurar que eso fuera seguido por la democracia. O siquiera la estabilidad.
Una antigua lecci�n -que el mundo est� volviendo a aprender- es que las revoluciones son impredecibles y que puede tomar a�os antes de que sus consecuencias sean claras.

Pa�s

Reino Unido

Archivos

Citación

Kevin Connolly , “10 consecuencias inesperadas de la Primavera �rabe,” Repositorio HISREDUC, consulta 24 de diciembre de 2025, https://www.repositorio.historiarecienteenlaeducacion.com/items/show/4440.