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La masacre de las almejas gigantes. Art�culo de prensa.
Título
La masacre de las almejas gigantes. Art�culo de prensa.
Autor
Javier Espinosa.
Fecha
11/11/2016
Fuente
El Mundo
Descripción
El art�culo denuncia el desastre ambiental que se est� produciendo en el Mar de la China Meridional, una zona mar�tima estrat�gica cuyo control se disputan hasta cinco Estados y el territorio insular de Taiw�n, y que se ha convertido en una especie de �salvaje Oeste�. El gobierno de Pek�n ha favorecido la pesca destructiva concediendo al sector una doble funci�n pol�tica y comercial.
Texto original
La locuacidad que exhibe Wang Zhezhong a la hora de justificar la supuesta soberan�a china sobre el Mar de la China Meridional -cuya extensi�n aparece reflejada en el enorme mapa que ha colgado de su comercio- se torna en precario silencio cuando el periodista le pregunta sobre las tallas de las conchas. "De eso no puedo hablar. Es asunto muy sensible. Est� prohibido pescarlas", dice.
Una restricci�n que semeja ser un tanto flexible a tenor del espect�culo que se observa durante la ma�ana en el puerto de Tanmen, en la isla china de Hainan, donde los pescadores muestran sus capturas sobre tarimas de madera. Hay al menos media docena de esos grandes moluscos, que supuestamente no deber�an estar ah�. "Nosotros ya no las pescamos pero los otros pa�ses s�. Lo que se vende son las tallas antiguas", asevera el chaval.
El museo mar�timo que estableci� en 2014 exhibe las palanquetas de hierro que usaba su abuelo y el resto de los pescadores locales para mantener abiertas las almejas gigantes, que pueden llegar a medir m�s de un metro y pesar m�s de 200 kilos. "Es peligroso. Si se cierra te puede cortar un dedo", aclara.
Pek�n declar� ilegal la pesca de estos enormes moluscos en 2015, aunque s�lo despu�s de que durante varios a�os las autoridades de Hainan promovieran su captura generando una industria que atrajo a decenas de miles de personas, y supuso la apertura de cerca de 460 negocios de esculpido y venta de los cotizados caparazones, a los que se apoda el jade mar�timo.
"Las m�s caras son las que est�n talladas pero mantienen parte de la concha original. Nosotros las vendemos entre 3.800 yuanes y 6.800 (entre 506 y 905 euros)", precisa la propietaria de otra tienda con decenas de estos repujados que lo mismo representan paisajes que figuras de Buda o coles, una hortaliza que en China se asocia con la riqueza.
El problema es que para recuperar estos apreciados bivalvos, que pueden llegar a vivir un siglo, los pesqueros de Tanmen han sido acusados de arrasar una extensa cantidad de los corales donde habitan. La propia BBC grab� hace meses a una docena de estas embarcaciones quebrando los arrecifes con sus h�lices de metal y sus anclas para facilitar la captura de los moluscos.
Cuando el bi�logo John MacManus, de la Universidad de Miami (EEUU), realiz� un estudio sobre el alcance de la devastaci�n, su conclusi�n fue demoledora: esta pr�ctica ha acabado al menos con 104 km2 de corales. "Es una destrucci�n masiva. B�sicamente est�n arando esos corales y dej�ndolos aplanados", asegur� en una conferencia internacional dedicada a esta pol�mica que se celebr� en julio.
Conchas talladas y perlas conforman el gran negocio ilegal
Los propios responsables de Hainan admiten el "gran da�o que provoc� la explotaci�n excesiva" de las almejas gigantes -palabras de Chen Hui, de la Asociaci�n de Protecci�n del Medio Ambiente local-, cuyo precio se dispar� a partir de 2012 hasta alcanzar miles de d�lares por talla. "Las arrancaba con palancas y hasta con explosivos", declar� Lin Hongmin, del Instituto de Planificaci�n de Proyectos y Dise�o de Hainan, en declaraciones al diario oficial Global Times.
Los estragos generados por la extracci�n de los preciados moluscos del Mar de la China Meridional son tan s�lo un ejemplo m�s del brutal coste ecol�gico que est� propiciando la disputa por el control de una zona mar�tima estrat�gica que reclaman hasta cinco estados y el territorio insular de Taiw�n. Expertos, ONG y los propios pescadores de Hainan y Taiw�n consultados coinciden en que el vasto espacio marino se ha convertido en una especie de Salvaje Oeste donde las flotas pesqueras aprovechan el vac�o legal para saquear los recursos marinos, lo que podr�a llevar a "un colapso absoluto de la pesca" en dicho entorno "si no se hace algo", como alerta el citado John McManus.
"Era un para�so mar�timo", explica Edgardo G�mez, otro bi�logo de la Universidad de Filipinas, que albergaba el 76% de las especies de coral de todo el mundo y el 37% de los peces que habitan en los arrecifes. "Las almejas gigantes han sido exterminadas", a�adi�.
Seg�n un estudio de la Universidad British Columbia de Canad� publicado en 2016, los caladeros de esta zona ya han sufrido una merma de entre el 5 y el 30% respecto a los niveles de 1950. La misma investigaci�n denunciaba el uso habitual de t�cnicas tan pol�micas como la pesca de arrastre de fondo, la dinamita y hasta de cianuro. "B�sicamente, el Mar de la China Meridional es un �rea donde vale todo en t�rminos de pesca", denunci� Michael Fabinyi, especialista en recursos mar�timos de la Universidad de Tecnolog�a de Sidney (Australia).
Lejos de controlar a sus flotillas pesqueras, China o Vietnam las han convertido en punta de lanza de sus esfuerzos en la pugna por la soberan�a de esa demarcaci�n marina. En Tanmen, por ejemplo, se recuerda en grandes paneles el agradecimiento del presidente Xi Jinping a estos marinos cuando visit� la peque�a ciudad portuaria en 2013 y dijo que hab�an sido "el ej�rcito de vanguardia que ha protegido nuestros derechos mar�timos".
Este sector ha adquirido una doble funci�n comercial y pol�tica, alentada en el caso de China, gracias a una generosa adjudicaci�n de subvenciones. Desde hace a�os, Pek�n fomenta la construcci�n de buques de mayor calado para facilitar los desplazamientos desde Tanmen hasta enclaves del Mar de la China Meridional como las islas Spratly o las Paracel -que China denomina Nansha y Xisha, respectivamente- con subsidios al consumo de combustible y la entrega casi gratuita de GPS a cerca de 50.000 nav�os.
Seg�n Li Shuo, un asesor de Greenpeace, la flota de alta mar china experiment� un espectacular crecimiento a partir de 2012 -cuando Xi Jinping accedi� al liderazgo de este pa�s- pasando de los 1.830 buques a 2.460 gracias, en gran parte, a esas medidas. "Fue un crecimiento equivalente al que se registr� en los 16 a�os comprendidos entre 1994 y 2010", precis� el experto en un informe que difundi� en agosto.
Los marineros de Tanmen replican a las recriminaciones con sus propios cargos dirigidos hacia sus hom�logos filipinos o vietnamitas. "Ellos son los que llevan armas y los que nos disparan. Los que saquean el Mar de la China Meridional, pese a que nos pertenece", dice Deng Yehe, con 69 a�os y d�cadas en el negocio. Es la misma imputaci�n que esgrime Luo Chiang-Fei en el peque�o puerto del �rea de Pintung, al sur de Taiw�n, mientras muestra las enormes boyas con anzuelos y una antena de se�alizaci�n que usan los pescadores locales para capturar atunes. "Los vietnamitas y los filipinos nos roban las boyas y el pescado. Cada boya vale unos 10.000 d�lares (de Taiw�n, unos 285 euros). Es mucho dinero para nuestros compa�eros", aduce.
Horas m�s tarde, sentado en un restaurante de Pintung junto al empresario pesquero Cheng Chun-Chung, ambos admiten que la pesca en el entorno de Taiw�n y en el propio Mar del Sur de la China "se ha desplomado". "Yo calculo que pescamos un 70% menos que hace una d�cada", le secunda Lin Chi-Tze, un veterano de 76 a�os que empez� a faenar con s�lo 13.
La mayor�a de los 6.000 pescadores que utilizan Pingtung como base han dejado de frecuentar el Mar de la China Meridional ante los repetidos encontronazos con buques vietnamitas o filipinos. "Desde hace dos o tres a�os los vietnamitas han comenzado a utilizar grandes focos con los que iluminan el mar durante la noche. Son tan potentes que les queman los ojos a los pescados. Quedan flotando en la superficie y as� es f�cil recogerlos", dice.
El menoscabo ecol�gico asociado a la pelea en torno a este mar fue un aspecto que qued� eclipsado en julio cuando se conoci� la resoluci�n del Tribunal Internacional de Arbitraje de La Haya, que negaba validez a los reclamos hist�ricos de Pek�n sobre esa zona, pero que tambi�n inclu�a un claro se�alamiento sobre los "da�os devastadores y de larga duraci�n" que ha causado al medio marino la construcci�n de islotes en los arrecifes que controla la fuerza naval china. S�lo en el archipi�lago de las Spratly el tribunal estim� que m�s de 48 km2 de corales han sido ya arrasados por la edificaci�n de bases chinas.
Un alto cargo de la Administraci�n Oce�nica Estatal, Wang Xiaoqiang, asumi� en mayo que el 80% de los corales de las costas chinas de esa regi�n mar�tima han desaparecido desde 1970, lo mismo que un 70% de los manglares. "La situaci�n general es grave", precis� en un congreso en Pek�n. Pero coincidiendo con ese evento, un portavoz de Exteriores asegur� que Pek�n "se preocupa m�s que ning�n otro pa�s en proteger los arrecifes, islas y aguas" del Mar de la China Meridional, desestimando las quejas.
En Hainan, los responsables locales mantienen la misma tesis. Xiao Jie, alcalde de la ciudad de Sansha -de la que dependen los archipi�lagos de las Spratly o las Paracel- adujo que su municipio hab�a gastado 469 millones de juanes (62,5 millones de euros) en la "protecci�n del medioambiente" y la lucha contra el tr�fico ilegal de tortugas protegidas. En mayo de 2014 otro buque de Tanmen fue capturado por la polic�a naval de Filipinas con cerca de 500 tortugas de una especie en peligro de extinci�n. El caso provoc� un choque diplom�tico entre Pek�n y Manila, ya que China acus� al pa�s asi�tico de haber detenido a los pescadores en "sus aguas territoriales".
"Cada vez que alguna de estas naciones intenta tomar medidas para proteger el medio marino los otros pa�ses protestan para defender su soberan�a", recuerda John MacManus haciendo �nfasis en como las prioridades pol�ticas han arrinconado a la ecolog�a.
COMERCIO ILEGAL
Bajo la presi�n internacional, China lleva a�os intentando frenar el comercio ilegal de marfil, lo que promovi� que en el �ltimo quinquenio las apreciadas tallas realizadas sobre ese material fueran reemplazadas en parte por las que se realizaban en Hainan en base a las conchas de las almejas gigantes, a cuya carne tambi�n se le adjudican supuestos efectos afrodis�acos. Los lugare�os admiten que hasta que Pek�n prohibi� la pesca de estos moluscos, los precios llegaron a multiplicarse decenas de veces y sus repujados se convirtieron en uno de los m�s cotizados de las plataformas de venta online. Un informe del gobierno local lleg� a decir que los repujados m�s exquisitos pod�an superar los 100.000 d�lares.
"S�lo una de las especies de almejas gigantes est� considerada como protegida en China pero para los pescadores es muy dif�cil distinguir cu�l es", admiti� Chen Hui, secretario general de la Asociaci�n Provincial de Protecci�n Medioambiental de Hainan.
Una restricci�n que semeja ser un tanto flexible a tenor del espect�culo que se observa durante la ma�ana en el puerto de Tanmen, en la isla china de Hainan, donde los pescadores muestran sus capturas sobre tarimas de madera. Hay al menos media docena de esos grandes moluscos, que supuestamente no deber�an estar ah�. "Nosotros ya no las pescamos pero los otros pa�ses s�. Lo que se vende son las tallas antiguas", asevera el chaval.
El museo mar�timo que estableci� en 2014 exhibe las palanquetas de hierro que usaba su abuelo y el resto de los pescadores locales para mantener abiertas las almejas gigantes, que pueden llegar a medir m�s de un metro y pesar m�s de 200 kilos. "Es peligroso. Si se cierra te puede cortar un dedo", aclara.
Pek�n declar� ilegal la pesca de estos enormes moluscos en 2015, aunque s�lo despu�s de que durante varios a�os las autoridades de Hainan promovieran su captura generando una industria que atrajo a decenas de miles de personas, y supuso la apertura de cerca de 460 negocios de esculpido y venta de los cotizados caparazones, a los que se apoda el jade mar�timo.
"Las m�s caras son las que est�n talladas pero mantienen parte de la concha original. Nosotros las vendemos entre 3.800 yuanes y 6.800 (entre 506 y 905 euros)", precisa la propietaria de otra tienda con decenas de estos repujados que lo mismo representan paisajes que figuras de Buda o coles, una hortaliza que en China se asocia con la riqueza.
El problema es que para recuperar estos apreciados bivalvos, que pueden llegar a vivir un siglo, los pesqueros de Tanmen han sido acusados de arrasar una extensa cantidad de los corales donde habitan. La propia BBC grab� hace meses a una docena de estas embarcaciones quebrando los arrecifes con sus h�lices de metal y sus anclas para facilitar la captura de los moluscos.
Cuando el bi�logo John MacManus, de la Universidad de Miami (EEUU), realiz� un estudio sobre el alcance de la devastaci�n, su conclusi�n fue demoledora: esta pr�ctica ha acabado al menos con 104 km2 de corales. "Es una destrucci�n masiva. B�sicamente est�n arando esos corales y dej�ndolos aplanados", asegur� en una conferencia internacional dedicada a esta pol�mica que se celebr� en julio.
Conchas talladas y perlas conforman el gran negocio ilegal
Los propios responsables de Hainan admiten el "gran da�o que provoc� la explotaci�n excesiva" de las almejas gigantes -palabras de Chen Hui, de la Asociaci�n de Protecci�n del Medio Ambiente local-, cuyo precio se dispar� a partir de 2012 hasta alcanzar miles de d�lares por talla. "Las arrancaba con palancas y hasta con explosivos", declar� Lin Hongmin, del Instituto de Planificaci�n de Proyectos y Dise�o de Hainan, en declaraciones al diario oficial Global Times.
Los estragos generados por la extracci�n de los preciados moluscos del Mar de la China Meridional son tan s�lo un ejemplo m�s del brutal coste ecol�gico que est� propiciando la disputa por el control de una zona mar�tima estrat�gica que reclaman hasta cinco estados y el territorio insular de Taiw�n. Expertos, ONG y los propios pescadores de Hainan y Taiw�n consultados coinciden en que el vasto espacio marino se ha convertido en una especie de Salvaje Oeste donde las flotas pesqueras aprovechan el vac�o legal para saquear los recursos marinos, lo que podr�a llevar a "un colapso absoluto de la pesca" en dicho entorno "si no se hace algo", como alerta el citado John McManus.
"Era un para�so mar�timo", explica Edgardo G�mez, otro bi�logo de la Universidad de Filipinas, que albergaba el 76% de las especies de coral de todo el mundo y el 37% de los peces que habitan en los arrecifes. "Las almejas gigantes han sido exterminadas", a�adi�.
Seg�n un estudio de la Universidad British Columbia de Canad� publicado en 2016, los caladeros de esta zona ya han sufrido una merma de entre el 5 y el 30% respecto a los niveles de 1950. La misma investigaci�n denunciaba el uso habitual de t�cnicas tan pol�micas como la pesca de arrastre de fondo, la dinamita y hasta de cianuro. "B�sicamente, el Mar de la China Meridional es un �rea donde vale todo en t�rminos de pesca", denunci� Michael Fabinyi, especialista en recursos mar�timos de la Universidad de Tecnolog�a de Sidney (Australia).
Lejos de controlar a sus flotillas pesqueras, China o Vietnam las han convertido en punta de lanza de sus esfuerzos en la pugna por la soberan�a de esa demarcaci�n marina. En Tanmen, por ejemplo, se recuerda en grandes paneles el agradecimiento del presidente Xi Jinping a estos marinos cuando visit� la peque�a ciudad portuaria en 2013 y dijo que hab�an sido "el ej�rcito de vanguardia que ha protegido nuestros derechos mar�timos".
Este sector ha adquirido una doble funci�n comercial y pol�tica, alentada en el caso de China, gracias a una generosa adjudicaci�n de subvenciones. Desde hace a�os, Pek�n fomenta la construcci�n de buques de mayor calado para facilitar los desplazamientos desde Tanmen hasta enclaves del Mar de la China Meridional como las islas Spratly o las Paracel -que China denomina Nansha y Xisha, respectivamente- con subsidios al consumo de combustible y la entrega casi gratuita de GPS a cerca de 50.000 nav�os.
Seg�n Li Shuo, un asesor de Greenpeace, la flota de alta mar china experiment� un espectacular crecimiento a partir de 2012 -cuando Xi Jinping accedi� al liderazgo de este pa�s- pasando de los 1.830 buques a 2.460 gracias, en gran parte, a esas medidas. "Fue un crecimiento equivalente al que se registr� en los 16 a�os comprendidos entre 1994 y 2010", precis� el experto en un informe que difundi� en agosto.
Los marineros de Tanmen replican a las recriminaciones con sus propios cargos dirigidos hacia sus hom�logos filipinos o vietnamitas. "Ellos son los que llevan armas y los que nos disparan. Los que saquean el Mar de la China Meridional, pese a que nos pertenece", dice Deng Yehe, con 69 a�os y d�cadas en el negocio. Es la misma imputaci�n que esgrime Luo Chiang-Fei en el peque�o puerto del �rea de Pintung, al sur de Taiw�n, mientras muestra las enormes boyas con anzuelos y una antena de se�alizaci�n que usan los pescadores locales para capturar atunes. "Los vietnamitas y los filipinos nos roban las boyas y el pescado. Cada boya vale unos 10.000 d�lares (de Taiw�n, unos 285 euros). Es mucho dinero para nuestros compa�eros", aduce.
Horas m�s tarde, sentado en un restaurante de Pintung junto al empresario pesquero Cheng Chun-Chung, ambos admiten que la pesca en el entorno de Taiw�n y en el propio Mar del Sur de la China "se ha desplomado". "Yo calculo que pescamos un 70% menos que hace una d�cada", le secunda Lin Chi-Tze, un veterano de 76 a�os que empez� a faenar con s�lo 13.
La mayor�a de los 6.000 pescadores que utilizan Pingtung como base han dejado de frecuentar el Mar de la China Meridional ante los repetidos encontronazos con buques vietnamitas o filipinos. "Desde hace dos o tres a�os los vietnamitas han comenzado a utilizar grandes focos con los que iluminan el mar durante la noche. Son tan potentes que les queman los ojos a los pescados. Quedan flotando en la superficie y as� es f�cil recogerlos", dice.
El menoscabo ecol�gico asociado a la pelea en torno a este mar fue un aspecto que qued� eclipsado en julio cuando se conoci� la resoluci�n del Tribunal Internacional de Arbitraje de La Haya, que negaba validez a los reclamos hist�ricos de Pek�n sobre esa zona, pero que tambi�n inclu�a un claro se�alamiento sobre los "da�os devastadores y de larga duraci�n" que ha causado al medio marino la construcci�n de islotes en los arrecifes que controla la fuerza naval china. S�lo en el archipi�lago de las Spratly el tribunal estim� que m�s de 48 km2 de corales han sido ya arrasados por la edificaci�n de bases chinas.
Un alto cargo de la Administraci�n Oce�nica Estatal, Wang Xiaoqiang, asumi� en mayo que el 80% de los corales de las costas chinas de esa regi�n mar�tima han desaparecido desde 1970, lo mismo que un 70% de los manglares. "La situaci�n general es grave", precis� en un congreso en Pek�n. Pero coincidiendo con ese evento, un portavoz de Exteriores asegur� que Pek�n "se preocupa m�s que ning�n otro pa�s en proteger los arrecifes, islas y aguas" del Mar de la China Meridional, desestimando las quejas.
En Hainan, los responsables locales mantienen la misma tesis. Xiao Jie, alcalde de la ciudad de Sansha -de la que dependen los archipi�lagos de las Spratly o las Paracel- adujo que su municipio hab�a gastado 469 millones de juanes (62,5 millones de euros) en la "protecci�n del medioambiente" y la lucha contra el tr�fico ilegal de tortugas protegidas. En mayo de 2014 otro buque de Tanmen fue capturado por la polic�a naval de Filipinas con cerca de 500 tortugas de una especie en peligro de extinci�n. El caso provoc� un choque diplom�tico entre Pek�n y Manila, ya que China acus� al pa�s asi�tico de haber detenido a los pescadores en "sus aguas territoriales".
"Cada vez que alguna de estas naciones intenta tomar medidas para proteger el medio marino los otros pa�ses protestan para defender su soberan�a", recuerda John MacManus haciendo �nfasis en como las prioridades pol�ticas han arrinconado a la ecolog�a.
COMERCIO ILEGAL
Bajo la presi�n internacional, China lleva a�os intentando frenar el comercio ilegal de marfil, lo que promovi� que en el �ltimo quinquenio las apreciadas tallas realizadas sobre ese material fueran reemplazadas en parte por las que se realizaban en Hainan en base a las conchas de las almejas gigantes, a cuya carne tambi�n se le adjudican supuestos efectos afrodis�acos. Los lugare�os admiten que hasta que Pek�n prohibi� la pesca de estos moluscos, los precios llegaron a multiplicarse decenas de veces y sus repujados se convirtieron en uno de los m�s cotizados de las plataformas de venta online. Un informe del gobierno local lleg� a decir que los repujados m�s exquisitos pod�an superar los 100.000 d�lares.
"S�lo una de las especies de almejas gigantes est� considerada como protegida en China pero para los pescadores es muy dif�cil distinguir cu�l es", admiti� Chen Hui, secretario general de la Asociaci�n Provincial de Protecci�n Medioambiental de Hainan.
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Citación
Javier Espinosa., “La masacre de las almejas gigantes. Art�culo de prensa. ,” Repositorio HISREDUC, consulta 25 de diciembre de 2025, https://www.repositorio.historiarecienteenlaeducacion.com/items/show/4252.
