El testigo secreto. El juez Garz�n contra la impunidad en Argentina y Chile. C�mo atrap� a Pinochet

El testigo secreto. El juez Garz�n contra la impunidad en Argentina y Chile. C�mo atrap� a Pinochet

Norberto Berm�dez y Juan Gasparini

1999

Vergara, Textos libres, Buenos Aires

El caso Pinochet y la labor de Garz�n

El juez Baltasar Garz�n y su infatigable batalla contra la impunidad del dictador chileno Augusto Pinochet y de losrepresores argentinos. Los periodistas Juan Gasparini y Norberto Bermudez, reconocidos por sus investigaciones sobre delitosecon�micos, guerrilla y cr�menes de Estado, se asociaron para escribir esta espinosa historia. La penetraci�n que lograron en elriguroso marco de acci�n del juez Garz�n les ha permitido describir con sorprendente realismo y paso a paso las tratativasconfidenciales para capturar a Pinochet, las guerras subterr�neas de los fiscales conservadores espa�oles con el magistrado y losdiscretos encuentros de este con los fiscales brit�nicos. Esta proximidad con la vida interna de la justicia espa�ola permite al lectorsentir incluso la respiraci�n de los protagonistas, trabados en un conflicto que estuvo en la mira del mundo entero desde quePinochet fue detenido en Londres, en octubre de 1998.Desde entonces y gracias a la perseverancia del juez Garz�n, millones depersonas comprendieron que no solo estaban en discusi�n los cr�menes del pasado sino que adem�s hab�a comenzado laconstrucci�n de un dique que impedira en el futuro nuevos cr�menes de lesa humanidad. El mismo Garz�n aparece en El testigosecreto bajo una luz desconocida, con su sencilla vida familiar y profesional apenas interrumpida por una explosi�n de celebridadinternacional que sigui� a su haza�a. Gasparini y Berm�dez logran que a menudo el lector tenga la sensaci�n de estar hablandocon Garz�n y de que los duelos verbales entre los lores de la justicia brit�nica se desarrollan ante sus ojos. La mirada de losautores sobre una de las causas judiciales m�s famosas del siglo es tan profunda que nos permite ingresar a un mundo herm�ticoy protegido que la prensa cotidiana no hab�an... (googlebooks)

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